AD (728x60)

Walter Brasca - Conejito

Share & Comment
DETALLE TÉCNICO:

AUTOR: Brasca
TIPO: Narrativa
EXT.: 124 pág.
TAM.: 10cm x 14cm
TAPA e INT: Delfina Laballos





SINOPSIS EDITORIAL:

"Así de sopetón, Brasca vomitó un Conejito polimorfo que invita al viaje por el espacio-tiempo. Desde las insondables brumas del Olimpo hacia el asiento sucio y pegajoso de un colectivo de línea en la villa miseria, a través de la gran mente rectora de las plumas. Así nace Conejito, se sacude, se retuerce, da pelea, salta, vuela directo al centro de la tierra y estalla convertido en nada. Y es Todo.”





¡NONO,LO TENÉS ASÍ DE GRANDE!

FABIÁN WALTER BRASCA


¡Che!,qué pila tenía el abuelo Coriolano con noventa y seis abriles, ¿eh? ¡Y cómo ledaba a la lengua cuando andaba de buen ánimo! El tío Tito le decía “esquinerode sauce”. ¿Te acordás? Cuando estaba para arriba sostenía a toda la familia,como los esquineros que mantienen bien tensado al alambrado, pero cuando estababajoneado se doblaba como la madera del sauce y el alambrado quedaba por elpiso…
¡Qué lástima! Estaba hecho un balazoantes de pescarse la neumonía que lo liquidó… mirálo ahora acostado en elcajón.
¿Te contaron que la semana pasada mató aun viejito? Era su vecino… Don Cominio… Le estuvo hablando como más de treshoras de corrido. Al final, el viejo se desmayó, se descompuso y a la nochepasó p’al otro lado… ¿Vamos a tomarnos otro cafecito? ¡Qué tornillo hace acá!
¡Uh!, pará, pará! Ahí viene el tío Menenio…¡Me da una bronca! Como es el hermano mayor se hace el trompa para copar laparada… ¿Qué corno querrá ahora? ¡Trae unas ínfulas y una cara de trasero!Parece que se lo llevan los diablos…
—¡Reunión! ¡Urgente! ¡Reunión! —vociferóel tío Menenio— ¡Por favor, todos los hermanos conmigo!
—¿Qué pasa? —preguntó la tía Virgilia.
—Hay que decidir qué hacemos con papá… —contestóel nuevo jefe “natural” de la familia.
—Pará, él nunca dijo si quería ir a una bóveda,a un nicho, a la tierra o ser cremado…—vaciló el tío Sicinio.
—Yo propongo que lo coloquemos en labóveda que compré el año pasado…—dijo el tío Menenio —. Después de todo ahí vaa estar con mamá Volumnia…
—¡Nooo! Estoy segura de que por su formade pensar a él le hubiera gustado ir a la tierra —se opuso la tía Virgilia —.Su pasión era el campo…
—¡Estás loca! —la increpó el tío Junio—.La tierra le daba asco por los gusanos y la bóveda, miedo por si se metían arobar… ¡La suya era un nicho!
—¡A mí me confesó que su sueño era que locremaran! —agregó para más confusión la tía Valeria—. Y que esparcieran lascenizas en su campo.
—Como todos dicen algo distinto, ¿por quéno lo hacemos a su manera? —dijo el menor de los hermanos, el tío Marcio— Élera recontraquinielero; esperemos a la cabeza de El Primero de la Nacional que ya se está sorteando. Si sale el noventay cuatro, que es El cementerio, tiramosla moneda entre bóveda, nicho o tierra. Si sale el ocho, que es El incendio, lo cremamos.
—¿Y si no sale ninguno de esos dos números?,quedan noventa y ocho opciones en contra… —lo interrogó la tía Virgilia conganas de matarlo por la barrabasada que había dicho.
—¡No sé! ¡Ojalá que salga el seiscientostreinta dos!, me le afirmé fuerte… —se desubicó aún más el tío Marcio.
En eso entró a los gritos el primo Aufidioboconeando que había salido el treinta dos a la cabeza.
—¡Vaaamos todavía! ¡Le aposté toda lajubilación a las dos cifras! —bramó eufórico el abuelo Coriolano sentándose degolpe en el ataúd.
La cuestión fue que no quedó ni el loro,aunque no sé si rajaron por el julepe. Seguro que se fueron a ver quién encuentraprimero el ticket del Nono para cobrarlo o tal vez todos jugaron a ese número yquieren asegurarse el premio antes que los demás, no sea que el agenciero se quedesin disponible… Yo pienso… ahora que no hay nadie… ¿qué tal si arraso con lostostaditos?


CONEJITO

FABIÁN WALTER BRASCA


Andrée,decidí escribirle una nueva carta; la otra aguardará su regreso de París como leprometí y ésta también. No es que todo lo referido allí sea inexacto, pero en lapresente exclusivamente le confesaré el fundamento de los sucesos mencionados enla anterior. Los conejitos permanecen esparcidos como pinceladas impiadosas de unrojo furibundo en una pintura abstracta, sobre los cenicientos adoquines deSuipacha.
Aún remolonea Buenos Aires adormilada, y laaurora se ha convertido en un devenir para nada presuroso, como si se tratarade una dádiva que Cronos me otorga a fin de que pueda terminar de redactarleestas líneas, antes de que remuevan el otro cuerpo, el que evalué que convenía quese llevaran primero.
Quién sabe cómo procederán, seguramente vendrála policía científica para efectuar todos los peritajes correspondientes antesde derivar el cadáver. Vaya a saber qué repartición estatal estudia casosdemasiado inextricables como el que nos aqueja. Porque convengamos Andrée, quelos conejitos por ahora eran normales, pero el conejo grande del tamaño de unhombre, bah, arriesguemos de un metro ochenta de largo… Y mi afirmación “normalespor ahora” es porque yo sé positivamente que crecerían como el padre, no porsimple deducción, sino debido a las cuantiosas veces en que ya me sucedió esto antes.Pensé que serían siempre conejos del tamaño acostumbrado, pero no paraban decrecer y los tuve que matar con anuencia de la patria potestad compartida. Noimporta la cantidad, figúrese Andrée, que por las características genéticas desu especie, las crías de los conejos siempre son numerosas.
El mismo padre fue alguna vez un hermosoconejo blanco, pequeñísimo entre mis dedos, y como vulgarmente se acostumbradecir “un copito de algodón”, pero se desarrolló hasta llegar a la talla que ledescribí. Y yo estaba tan enamorado de él que… ¡Oh, qué horror tener quereconocérselo! Pero lo dejaré en claro de una vez por todas, nos hicimosamantes, ¡sí, amantes! Es verdad que a los conejitos los iba vomitando de auno. Lo que no sé cómo explicarle es el misterioso proceso de mis embarazos porvía del aparato digestivo, ni la distancia de tiempo que separaba al vómito decada uno. Jamás quise consultar médico alguno, imagínese Andrée mi desconcierto.¿A quién tendría que haber acudido, a un urólogo, a un obstetra, a ungastroenterólogo? Él fue el causante de la devastación de mayor magnitud en sudepartamento.
Pero ya debo abandonarla Andrée, estoy urgidopor las circunstancias. Por un lado ha llegado la Federal, los bomberos y loscientíficos. Ya han cortado el tránsito con vallas y cerrado el perímetro conesas cintas rojas y blancas que suelen usar. Esto puedo observarlo desde subalcón que se va llenando de flechazos dorados y tibios de un sol recién paridopor entre los edificios del centro, y no quiero dar ningún motivo de sospecha.Por el otro, escucho los golpes en la puerta de su dormitorio. Es Sara, quefinalmente va a ser testigo de los vergonzosos estragos que intenté ocultarle.No tengo la menor idea de cómo lo tomará ni de qué habré de decirle, estoy sumidoen esta resbaladiza tiniebla pálida, como la garra apretada de un gato, y tododebido a la vertiginosa inconsciencia que ataca mi cerebro por su zona boreal.




Fabián Walter Brasca nació en Buenos Aires el 10 de agosto de 1964. Cursó la carrera de Bellas Artes en la Escuela de Arte de Luján. Actualmente concurre al Taller de Dibujo y Pintura de María Elena Begher y al Taller de Grabado de Liliana Sosa, ambas artistas plásticas reconocidas en Luján, Buenos Aires, Argentina. Egresó del Taller Escuela Agencia (TEA) de Buenos Aires en la carrera de Periodismo general. Escribió en el diario capitalino LA NACIÓN y el bisemanario lujanense EL CIVISMO. También en la actualidad toma parte en el Taller Literario del prestigioso profesor lujanense Alberto Spitale, quien tuvo la amabilidad de corregir la obra.
Tags: ,

Written by

We are Creative Blogger Theme Wavers which provides user friendly, effective and easy to use themes. Each support has free and providing HD support screen casting.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Copyright © TINTACHINA Ediciones | Designed by Templateism.com